Uno de los retos más grandes de esta época, tal vez el mayor, está en equilibrar el impacto en el planeta y ¡no existe una sola manera de lograrlo!
Lo importante es saber que se necesitan acciones en distintas escalas para lograr un equilibrio. Hay mucho que aprender, así que traemos la experiencia de una hauser que se preocupa por el planeta: Natalia Restrepo oTali, como le dicen sus compañeros.
Tali empezó separando basuras y latas, sintió una conexión con la naturaleza y a los 13 años llevó la iniciativa a su casa. Hoy, como UX researcher en La Haus, continua con sus iniciativas de responsabilidad ecológica.
Ella ha ido aprendiendo a través de otras personas, de la lectura e, incluso, por medio de redes que promueven iniciativas de base ecológica. Para Tali todo es una búsqueda.
Hábitos de Tali para cuidar el planeta: Reusar, reciclar y consumir de manera inteligente
Una bolsa de plástico o de papel, una taza de café o un tapabocas no representan ningún desequilibrio, pero, ¿sabes cuántas usas en un mes, en un año o en una sola cafetería?
Desde los años 70, la masificación de materiales como cartón y plástico llevaron a introducir en la cultura los objetos que solo se usan una vez y ¡por pocos minutos!.
Con la explosión de diseños y colores, junto con la facilidad de uso y el bajo costo, se generó su crecimiento en igual medida de estos como desecho. El impacto que tiene lavar una taza al comprar café o reutilizar botellas es mucho menor que el de los objetos de un solo uso, los que llamamos desechables.
Es muy difícil pensar en un aspecto de la vida en el que no usemos objetos de este tipo, ya sea por su empaque o por su propio material. Por eso Tali, entre otras acciones, carga su taza de café y recoge el agua de la ducha mientras esta se calienta.
Hay algo que le parece interesante y es que ideas como esta impactan también a sus amigas y a círculos cercanos.
Desde su experiencia te recomienda:
Evita:
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Eliminar las bolsas Ziploc después de solo un uso: prefiere aquellos objetos de larga duración y múltiples usos.
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Usar cubiertos desechables: carga tus propios cubiertos y, para que sean livianos, elige unos que sean de bambú.
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Usar bolsas, plásticas y de papel, porque para fabricarlas se gasta mucha agua de forma innecesaria: opta por las bolsas de tela.
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Usar Icopor, demora en descomponerse naturalmente y no puede reciclarse de ninguna manera.
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Comprar productos empacados: la técnica de refill de distintos mercados verdes es mucho mejor.
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Usar empaques para las frutas, muchas ya tienen su propio empaque biodegradable.
Lo que puedes aprender:
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Distintas técnicas de compostaje que aprovechan los nutrientes de los residuos para alimentar tus plantas. Sirven las cáscaras de huevo, el papel del queso, las cáscaras de todas las frutas, el ripio de café, de té y sus filtros de papel.
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A identificar distintos emprendimientos relacionados con el reciclaje. Por ejemplo, hay uno que te entrega un balde solo para el compost, luego lo recoge y a los tres meses te lo devuelven ya convertido en abono que puedes usar para tus plantas.
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A hacer ladrillos de plástico embutiendo todos los empaques plásticos en botellas.
- A identificar los tipos de plástico para llevarlos a centros de reciclaje y así puedan convertirse en materiales como la madera plástica.
El consumo inteligente:
Tali confiesa que además del compost, el reciclaje y el reuso, es importante crear hábitos de consumo que te estimulan a lograr aquel necesario equilibrio:
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Compra tus alimentos por peso o al granel.
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Aprende a identificar marcas con responsabilidad ambiental.
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Aprende de productos orgánicos de aseo personal.
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Reconoce los impactos de distintos alimentos que puedes medir a través de su huella de C02 o de agua.
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Consume local.
¡Choose your battle!
¡No se trata de señalar, se trata de aprender!, y hay mil maneras de hacerlo. En el sector inmobiliario también existe una manera de disminuir el impacto: los desarrollos sostenibles.
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